El Papa recuerda en un mensaje de video a Japón la inmoralidad de las armas nucleares
En un mensaje de video publicado con motivo del próximo viaje apostólico del Papa Francisco a Japón, del 23 al 26 de noviembre, el Santo Padre realizó un alegato contra las armas nucleares: “Usar armas nucleares es inmoral”, subrayó.
El Pontífice subrayó que Japón, que sufrió las consecuencias del empleo de armas atómicos con el lanzamiento de dos bombas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, “es muy consciente del sufrimiento causado por la guerra”.
“Junto con ustedes, rezo para que el poder destructivo de las armas nucleares no vuelva a desatarse nunca más en la historia humana”.
El Papa Francisco recordó el tema elegido para su visita: “Proteger toda Vida”. “Este fuerte instinto, que resuena en nuestro corazón, de defender el valor y la dignidad de toda persona humana, adquiere una importancia particular ante las amenazas a la coexistencia pacífica que hoy día el mundo tiene que enfrentar, especialmente en los conflictos armados”.
Asimismo, destacó la importancia de la “cultura del diálogo, de la fraternidad, especialmente entre las diferentes tradiciones religiosas, que pueden ayudar a superar la división, promover el respeto por la dignidad humana y avanzar en el desarrollo integral de todos los pueblos”.
“Confío en que mi visita los aliente en el camino del respeto mutuo y del encuentro que conduce a una paz segura y que dura en el tiempo, que no vuelve atrás. La paz tiene eso de lindo, que cuando es real, no retrocede: se la defiende con los dientes”.
El Pontífice mostró también su satisfacción por “la oportunidad de apreciar esa gran belleza natural que caracteriza vuestra nación, y expresar el deseo compartido de promover, fortalecer la protección de esa vida que incluye la tierra, nuestra casa común y que tan lindo vuestra cultura simboliza con los cerezos en flor”.
Por último, agradeció el trabajo de todos aquellos que han hecho posible este viaje apostólico a Japón: “Sé que hay muchas personas que están trabajando para preparar la visita. Sinceramente les agradezco estos esfuerzos. Y con la esperanza de que los días que estaremos juntos sean ricos en gracia y en alegría, les aseguro mi oración solidaria por todos y por cada uno de ustedes. Y les pido, por favor, que también recen por mí. Muchas gracias”.