Dormir bien es clave para la tranquilidad emocional y espiritual
- Ajustes a la rutina diaria, así como acondicionar el lugar en que dormimos, mejoran la calidad del sueño y reducen la ansiedad, asegura especialista.
Abimael César Juárez
Lograr un sueño reparador es clave para mantener un equilibrio emocional y espiritual, ya que la falta de descanso puede provocar trastornos mentales y físicos, por lo que algunos cambios básicos a la rutina, e incluso practicar la oración, pueden ayudar a las personas a dormir mejor.
“¿Qué pasa si no dormimos bien desde el inicio de nuestra vida? Nos va a generar mal humor, ansiedad, irritabilidad, problemas en nuestro desarrollo y conducta”, explica el doctor Ulises Jiménez Correa, responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM.
El especialista señala que a través de evaluaciones psicológicas y pruebas de inteligencia se ha probado que cuando una persona duerme mal es más propensa a reaccionar exageradamente ante eventos simples o a perder la habilidad para priorizar situaciones, por lo tanto, el insomnio provoca un deterioro en la conducta.
Además, es causa de problemas físicos, ya que la falta de descanso tiene una reacción en cadena que empeora cualquier problema de salud e incluso juega un papel importante en el desarrollo de enfermedades metabólicas como la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
“Roncar no es sinónimo de sueño de calidad”, agrega, ya que éste es un problema respiratorio derivado de la mala circulación del aire en el organismo y no un sinónimo de descanso. Roncar puede ser en especial grave cuando hay apnea del sueño, -pausas que suceden en la respiración durante el ronquido-, agrega.
Bebés requieren dormir más
En el caso de los bebés, el descanso es elemental debido a que su cerebro y cuerpo necesitan desarrollarse. “Un recién nacido necesita dormir entre 16 y 20 horas, porque el sueño contribuye a esa madurez cerebral que lo va a capacitar para desarrollar nuevas funciones y habilidades, a diferencia de algunos animales que cuando nacen ya pueden caminar o correr, -como los pollos o los caballos-, porque ya tienen una madurez cerebral y por eso duermen poco”, explica el doctor Jiménez Correa.
Para mejorar el descanso, el especialista recomienda realizar ajustes a la rutina diaria y al lugar de descanso como establecer horarios para levantarse y para dormir, realizar actividad física -ya sea por la mañana o por la tarde-, tomar una siesta de 20 minutos y apagar los dispositivos electrónicos antes de meterse a la cama. “En general es poner un poco de orden en la vida; también ayuda aprender técnicas de oración, relajación y meditación guiada, ya que pueden inducir el sueño”, concluye.