Papa: Que los gobernantes encuentren el camino justo para el ‘después’ de la pandemia
Al inicio de la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta de este lunes 13 de abril, el Papa Francisco pidió rezar por los gobernantes, científicos y políticos para que encuentren “el camino justo” en el “después de la pandemia” del coronavirus, COVID-19.
“Rezamos hoy por los gobernantes, los científicos, los políticos que ya comenzaron a estudiar el ‘camino de salida’, el ‘después de la pandemia’, este ‘después’ que ya ha iniciado, para que encuentren el camino justo, siempre a favor de la gente, siempre a favor de los pueblos”, indicó el Santo Padre.
“Que el Señor de la vida acoja consigo en su reino a los difuntos, y dé consuelo y esperanza a quienes aún están atravesando la prueba, especialmente a los ancianos y a las personas que están solas”, imploró.
Asimismo, el Papa Francisco rezó para que Dios “conceda su consolación y las gracias necesarias a quienes se encuentran en condiciones de particular vulnerabilidad, como también a quienes trabajan en los centros de salud, o viven en los cuarteles y en las cárceles”.
“Para muchos es una Pascua de soledad, vivida en medio de los numerosos lutos y dificultades que está provocando la pandemia, desde los sufrimientos físicos hasta los problemas económicos”, advirtió.
En esta línea, el Santo Padre destacó también que “esta enfermedad no solo nos está privando de los afectos, sino también de la posibilidad de recurrir en persona al consuelo que brota de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación”.
“Hoy resuena en todo el mundo el anuncio de la Iglesia: “¡Jesucristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!”, exclamó el Papa, quien añadió que “esta Buena Noticia se ha encendido como una llama nueva en la noche, en la noche de un mundo que enfrentaba ya desafíos cruciales y que ahora se encuentra abrumado por la pandemia, que somete a nuestra gran familia humana a una dura prueba”.
Contagio de la esperanza
Finalmente, el Pontífice explicó que “en esta noche resuena la voz de la Iglesia: ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!” y agregó que se trata de “otro ‘contagio’, que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta Buena Noticia”.
“Es el contagio de la esperanza: ‘¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!’. No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es eso la Resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no ‘pasa por encima’ del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios”, concluyó el domingo 12 de abril antes de impartir la solemne Bendición Urbi et Orbi (a la ciudad -de Roma- y al mundo).